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La CIENCIA en la PSICOLOGIA

PsicoSalut busca ayudar a entender la conducta humana, propia y de los otros, desde una perspectiva científica. Ello lo hace aportando información veraz y de calidad sobre todas aquellas ramas de la psicología que se han sometido a la luz de la ciencia.

Tipos de Problemas, Dificultades y Trastornos

En esta clasificación podrás encontrar información relacionada con retos, problemas, dificultades del día a día, tanto a nivel individual, como de familia, hijos y relaciones sociales. Haz clic sobre la fotografía para más información.

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Diagnóstico Psicológico

Existen varios manuales y sistemas de clasificación de los trastornos y alteraciones psíquicas más relevantes. Los más conocidos son la CIE-11 y el DSM-5 y, en su caso, son útiles tanto para el diagnóstico como para el tratamiento. Estos manuales se realizan con una fundamentación empírica, es decir, mediante la realización de múltiples investigaciones y el consenso de expertos independientes, por lo que todo lo expuesto en ellos dispone de evidencia científica muy relevante.

Ambos manuales tienen muchas cosas en común y se basan en la manifestación de síntomas por parte del cliente o paciente. Un síntoma puede ser ansiedad, tristeza, irritabilidad, etc. En este sentido, cuando varios de estos síntomas se agrupan y relacionan entre sí, hablaríamos de un síndrome. Finalmente, si de este síndrome se conocen las causas, se considera un trastorno, como lo pueden ser los trastornos depresivos. Muchos de los trastornos clasificados en ambos manuales tienen una idéntica denominación.

Las críticas que se hacen a este tipo de manuales vienen derivados, principalmente, de la etiquetación de personas y del posible riesgo de estigmatización social e individual de la persona que ha sido etiquetada. No obstante, a día de hoy estos diagnósticos suelen ser una guía para el psicólogo, el cual debe realizar exploraciones más profundas, aglutinar gran cantidad de datos e interpretar el sentido de los síntomas en un contexto social más amplio para poder ofrecer un diagnóstico preciso. Finalmente, también es importante señalar que un diagnóstico dado a un paciente no es señal de algo grave, incurable o de estar loco. Una etiqueta es un punto de partida desde donde empezar a tomar medidas si no se han tomado antes, por lo que muchos de estos diagnósticos son revisables y reversibles

DSM-5

Se trata del manual elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) y la publicación de su 5ª edición data del año 2013. Sus siglas hacen referencia a «Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorders» y se traduce como Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales. En este manual, única y exclusivamente se incluyen problemáticas relacionadas con la psicología, psiquiatría y salud mental.

Dispone de tres secciones, y en su sección segunda se establecen 21 categorías de trastornos y disfunciones, entre los que se encuentran los trastornos de ansiedad, depresivos, relacionados con traumas, de la conducta alimentaria, sexuales, etc.

CIE-11

Este manual es elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y es completamente electrónico. Actualmente ya se puede consultar aunque su entrada en vigor está prevista para el 1 de Enero del 2022. Sus siglas hacen referencia a la Clasificación Internacional de Enfermedades. En este caso, el manual de la OMS no analiza únicamente los trastornos mentales, sino el conjunto de todas las enfermedades médicas, trastornos y alteraciones que pueden existir en el organismo humano.

En los capítulos 6 (Trastornos mentales, del comportamiento y del neurodesarrollo), y 7, (Trastornos del ciclo de sueño y vigilia), se encuentran los principales trastornos relacionados con la psicología y con la mente humana. En su conjunto conforman 29 categorías de trastornos.

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Problemas y dificultades de la vida cotidiana

Afortunadamente, la psicología no sólo se aplica cuando ya existe un síndrome o un trastorno. Como se ha comentado más arriba, los síndromes son conjuntos de síntomas que correlacionan entre sí para formar una única entidad nosológica (que se puede clasificar). No obstante, esto no significa ni que los síntomas se den todos a la vez, ni que estén siempre presentes, ni tampoco que siempre sean exactamente los mismos o igual de intensos. Aquí es donde juega un papel fundamental la prevención en la salud psicológica.

En este sentido, se puede decir que muchos desordenes y alteraciones de carácter más grave surgen por la cronificación y agravación de unos pocos síntomas que aparecen de forma insidiosa. Estos mismos síntomas suelen combinarse con componentes de la personalidad y otros factores ambientales creando un círculo vicioso y generando la aparición de otros síntomas hasta que se forma un síndrome, el cual es más complicado de superar. 

Además de los síntomas, pueden existir las relaciones toxicas y patológicas, ya sea con la pareja, padres, hijos o amigos, o una comunicación patológica en general. Por ello, a continuación se presentan algunos síntomas individuales y relacionales muy comunes, los cuales pueden llegar a generar trastornos psicológicos de mayor intensidad.

Ansiedad

La ansiedad es un estado fisiológico adaptativo para el ser humano. Se trata de una respuesta de alerta ante una amenaza futura percibida, por lo que tiene mucha relación con el miedo, aunque en este último, la amenaza es real y está presente. El estrés, en cambio, se relaciona con la baja competencia percibida ante una circunstancia concreta.

La ansiedad o angustia se encuentra presente en la mayoría de problemas, como los trastornos de ansiedad social, generalizada o fobias. También se encuentra en los trastornos depresivos, adicciones o disfunciones sexuales entre otros. Además, está presente en dificultades no clínicas, como la ansiedad por la comida, la ansiedad ante los exámenes, o antes o durante las relaciones sexuales, y un largo etcétera. Es en este momento cuando es recomendable acudir al psicólogo.

El problema grave surge cuando la ansiedad es intensa, excesiva y persistente. Sus características son las sensaciones de tensión, agitación y nerviosismo, acompañado de aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, sensación de debilidad y mareos, entre otras. En estos momentos es cuando no se puede aplazar más la búsqueda de un psicólogo.

Conflictos y disputas familiares y de pareja

Suele pasar que ciertos comportamientos dentro de la pareja se perciben como normales. Esa es la dinámica de la pareja y funciona porque, de un modo u otro, el sistema familiar está en equilibrio.

Sin embargo, existen algunas costumbres establecidas y trabadas en la relación que acaban por deteriorarla. El componente relacional responsable es el modo de comunicarnos. A nivel psicológico, encontramos las interpretaciones de lo que el otro piensa o hace, que a menudo son erróneas, en la base del problema.

Por otro lado, las relaciones están sometidas a multitud de cambios ambientales, por lo que la adaptación a los cambios es de vital importancia. La transición de los hijos a la adultez, la repartición de tareas del hogar, la frecuencia en la limpieza de la casa o aspectos de la satisfacción sexual con la pareja exigen dotes de comunicación, flexibilidad y tolerancia para afrontarlos de forma constructiva. El aprendizaje de habilidades sociales y la empatía suelen ser ingredientes clave para la solución.

Conocer la propia Personalidad

La personalidad está influida por componentes genéticos y ambientales. A la parte biológica la llamamos temperamento y, como su raíz etimológica indica, aporta la coloración o el tono a nuestra personalidad.

El carácter es el componente aprendido de la personalidad, por lo que aquí entra en juego el contexto ambiental donde se crece.

La conjunción de estos dos componentes es lo que en mayor medida influye en nuestra personalidad, nuestros modelos del mundo y nuestra forma de relacionarnos con él. Sin embargo, igual que somos incapaces de percibir nuestro cuerpo íntegramente si no es con la ayuda de un espejo, con nuestra personalidad pasa exactamente lo mismo: necesitamos un espejo terapéutico en el que reflejarnos para poder vernos. Sólo el conocimiento de dónde estamos permite decidir hacia dónde vamos. De lo contrario, muchos de nuestros problemas se pueden enquistar porque no los percibimos y no les podemos dar solución.

Tipos de enfoque o terapia en psicología y validez científica

A día de hoy existen multitud de enfoques terapéuticos. Sin embargo, muy pocos de ellos gozan de validez empírica y han demostrado una eficacia real más allá del placebo. En este apartado sobrevolamos la selva de perspectivas terapéuticas y aportamos un poco de luz. La idea es que podamos decidir con criterio sobre el profesional que las atenderá.

En este punto, hay que diferenciar dos aspectos independientes. En primer lugar, aquellas terapias y tratamientos que disponen de una base teórica fundamentada en la psicología de las que no. Y en segundo lugar, aquellas herramientas y técnicas que consolidan sus hipótesis mediante contrastación empírica.

Como se puede observar en el cuadro, estas dimensiones forman dos ejes independientes. En el eje horizontal encontramos todos aquellos enfoques terapéuticos con una fundamentación en la psicología y aquellos que beben de otras fuentes.

 

En el extremo superior del eje vertical, encontramos aquellas terapias que han obtenido evidencia empírica y, en el inferior, aquellas que carecen de la misma.

La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es el tratamiento que nace del propio caldo de cultivo de mediados del siglo XX y se constituye como el paradigma científico de la psicología.

En este mismo recuadro verde encontramos las terapias de tercera generación, como el Mindfulness o la Terapia de Aceptación y Compromiso, así como las perspectivas de tono posmoderno como la Terapia Constructivista, Humanista y Sistémica.

 

En el cuadrante inferior derecho (amarillo), encontramos aquellas terapias que nacen del paradigma psicológico pero que, sin embargo, no existe demasiada evidencia científica que respalde su efectividad. Aquí podemos englobar el Psicoanálisis, el cual nunca ha querido someterse al ojo de la ciencia (con alguna excepción contada), junto con la terapia Gestalt o el Análisis Transaccional de Berne.

 

Finalmente, en el recuadro rojo, sin base psicológica ni empírica, situaríamos todas las pseudoterapias. Este es solo un pequeño ejemplo de la cantidad de pseudoterapias existentes. No se encuentran ubicadas en un orden específico ya que hay demasiadas y no las podemos poner unas encima de las otras. En este sentido, podemos encontrar desde nombres rimbombantes como la Bioneuroemoción, pasando por los clásicos del Tarot, los minerales, la Grafoterápia o la Energía de los Chakras. Todos ellos comparten que, a pesar de carecer de evidencia científica alguna, se nutren de partes, a menudo inconexas, de otros tipos de enfoques terapéuticos que si gozan de validez científica. Con la apropiación de su lenguaje, intentan aportar legitimidad y credibilidad a su discurso para atraer al mayor número de personas. Como se suele decir, la mejor mentira es aquella que se aliña con algunas verdades, de ahí el nombre de pseudociencia. Los gurús que practican este tipo de terapia carecen de titulación alguna y se valen de herramientas del marketing para atraer a aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Obviamente, tampoco existe ningún colegio profesional, como el COPC, que los ampare.

 

A menudo, aquellos que practican las pseudoterápias también suelen defender otras posturas similares respecto a otros ámbitos de las pseudociencias. Así, los encontramos defendiendo la homeopatía, el terraplanismo, la telepatía, la existencia de vidas pasadas, la conexión expiritual, los viajes astrales, los signos zodiacales, la vibración del alma, y teorias conspiranoicas de diversa índole.